Consumo de Tabaco

El tabaco es un factor de riesgo común y altamente peligroso de muchas enfermedades crónicas no transmisibles, matando a millones de personas anualmente.

Aproximadamente una persona muere por una enfermedad relacionada con el tabaco cada 6 segundos, esto equivale aproximadamente a 6 millones de personas al año. El consumo de tabaco es el único factor de riesgo común a las principales ENT y también contribuye a otras innumerables enfermedades. El CMCT de la OMS establece medidas jurídicamente vinculantes para lograr los objetivos acordados para reducir la carga de enfermedades relacionadas con el tabaco. Los fumadores de tabaco que mueren prematuramente privan a sus familias de ingresos, aumentan el costo de la atención médica y dificultan el desarrollo económico.

"La implementación total del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco sería el mayor golpe a las enfermedades del corazón, al cáncer, a la diabetes y las enfermedades respiratorias". - Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS, Cumbre de ENT, 2011

El tabaco mata alrededor de 6 millones de personas cada año; esto implica una muerte aproximadamente cada seis segundos. Más de 5 millones de esas muertes son el resultado del consumo directo de tabaco, mientras que más de 600 mil son el resultado de que los no fumadores están expuestos al humo de segunda mano.
 
En 2012, el 21% de la población mundial mayor de 15 años fumaba tabaco, el 80% de esos usuarios son de países de ingresos bajos y medios. Los hombres fuman cinco veces más que las mujeres; las tasas promedio fueron de 36% y 7%, respectivamente.
 
El uso del tabaco es un factor de riesgo común para las principales ENT -las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas- y otras enfermedades como la tuberculosis y los trastornos neurológicos. A nivel mundial, el 14% de todas las muertes por ENT en adultos a partir de 30 años son atribuibles al tabaco. El consumo de tabaco también es responsable del 3,7% de los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD), a nivel mundial.

Tabaco

El tabaco no tiene un vector medioambiental de la misma forma en que las enfermedades transmisibles, como la malaria, tiene mosquitos. El cigarro, el vector de la enfermedad, es problemático porque es un producto valioso para la industria del tabaco. El humo del tabaco es peligroso para la salud de los propios fumadores, y puede ser peligroso para aquellos expuestos pasivamente al humo del tabaco.

Hay más de 4000 productos químicos en el humo del tabaco, de los cuales al menos 250 son conocidos por ser nocivos y más de 69 se sabe que causan cáncer.

Convenio Marco para el Control del Tabaco

Con evidencia sólida de las consecuencias sanitarias, económicas y ambientales del consumo de tabaco durante décadas, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) en 2003. El tratado entró en vigor en 2005, desde entonces se ha convertido en uno de los tratados más adheridos en la historia de las Naciones Unidas, con 180 Partes que cubren casi el 90% de la población mundial. Estas Partes implementan una amplia gama de medidas basadas en evidencias de los artículos del CMCT.

A pesar del récord de ratificación, la implementación del CMCT ha sido desigual. En particular para las Partes -que son países en desarrollo- ya que se enfrentan a obstáculos internos que incluyen un débil compromiso político, recursos inadecuados y la injerencia de la industria del tabaco.

Según el informe de progreso del CMCT de 2014, la tasa de implementación general de los 16 artículos sustantivos de la Convención era del 54%. Las siguientes fueron las medidas más implementadas por las Partes del CMCT:

• Protección contra la exposición al humo del tabaco (artículo 8);

• Ventas a menores y por menores (Art. 16);

• Embalaje y etiquetado de los productos del tabaco (Art. 11);

• Educación, comunicación, formación y sensibilización del público (Art. 12) 

Ahora que las negociaciones del tratado sobre las políticas y las directrices están en gran medida completas, el foco debe centrarse en apoyar y acelerar la aplicación efectiva del tratado. Los dos principales obstáculos son: la falta de voluntad política y la falta de inversión en el control del tabaco, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos.
 
Se seguirán haciendo progresos a través:

• El fortalecimiento del compromiso y la colaboración entre los gobiernos;

• Deteniendo la interferencia de la industria del tabaco en las políticas de salud.